“La muerte de Klaus Kinkel nos invade de una profunda tristeza. El caracterizó la política exterior alemana en una época en la que hubo cambios radicales en la política global y en la que la Alemania recién reunificada y soberana se enfrentó a grandes desafíos nuevos: los conflictos en los países balcánicos occidentales, las primeras misiones en el extranjero de la Bundeswehr, la transformación de la Europa central y del Este, y el Tratado de la Unión Europea. Klaus Kinkel contribuyó sobremanera a que esta Alemania reunificada encontrara su lugar en el mundo y conviviera en paz y con respeto con sus países vecinos.

El Ministerio Federal de Relaciones Exteriores ha sido marcado hasta el día de hoy por el mandato de Kinkel. Con la creación de la Dirección General para Europa y la Dirección General para las Naciones Unidas, él reorganizó al Ministerio de tal forma que pudiera afrontar los desafíos futuros. La creación de la sede de las Naciones Unidas en Bonn igualmente permanece asociada al nombre de Klaus Kinkel.

Klaus Kinkel también supo defender firmemente sus convicciones en tiempos difíciles. Tenía una postura clara y siempre fue fiel a sus valores fundamentales. Abogó por una Alemania abierta y liberal, que estuviera firmemente anclada a la comunidad internacional.

Mis pensamientos y mi más sentido pésame están con su familia, sus amigos y compañeros. Les deseo fortaleza y consuelo para estos momentos.

Tanto nosotros como Alemania echaremos de menos a Klaus Kinkel.”