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Conferencia de Wannsee hace 78 años: Recordando los capítulos más oscuros de nuestra historia

Primera página del acta de la Conferencia de Wannsee del 20 de enero de 1942

Primera página del acta de la Conferencia de Wannsee del 20 de enero de 1942, © Ministerio Federal de Relaciones Exteriores Archivo Político

21.01.2020 - Artículo

Cuando se mira hacia atrás en los 150 años de historia del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania, la participación y la complicidad en los crímenes de lesa humanidad del nazismo juegan un papel central. La forma en que los miembros del Ministerio de Relaciones Exteriores se convirtieron en cómplices de estos crímenes se muestra de forma particularmente vívida en la Conferencia de Wannsee del 20 de enero de 1942.


A 150 años de su fundación como Ministerio de Relaciones Exteriores de la Confederación de Alemania del Norte, el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores conmemora este año su agitada historia. Uno de sus capítulos más oscuros es, sin duda, la participación y complicidad en los crímenes cometidos por los nacionalsocialistas contra la humanidad y, en particular, la privación del derecho de voto y el asesinato de los judíos europeos.

La implicación del Ministerio de Relaciones Exteriores en estos crímenes podía tomar muchas formas diferentes, desde la implicación en la expatriación y por lo tanto también en la expropiación de judíos u otros perseguidos por el régimen, hasta la planificación burocrática de la deportación y el asesinato de millones de personas. Muchos casos de participación y complicidad con el régimen están todavía documentados en los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores hoy en día.

Planificación burocrática del asesinato en masa

Uno de los testimonios más conocidos de estos crímenes son las actas de la conferencia en la que se reunieron altos representantes de varios ministerios y oficinas del partido el 20 de enero de 1942 en el Gran Wannsee, cerca de Berlín. El objetivo de la reunión era, como se señaló más tarde en el acta, lograr una “paralelización de los mandos directivos” con respecto a “las preocupaciones organizativas, fácticas y materiales relacionadas con la solución final de la cuestión judía europea” en todos los “organismos centrales directamente implicados”.

En un lenguaje burocrático escandalosamente sobrio, el redactor del acta de la reunión, Adolf Eichmann, que más tarde se dio a conocer como uno de los organizadores más importantes del asesinato en masa, registró entonces las medidas que había acordado la ronda de altos funcionarios y representantes del partido y que, según las estimaciones de Eichmann, tenían muchas probabilidades de provocar la muerte de 11 millones de personas.

Peritaje diplomático para la “Solución final”

Como representante del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Subsecretario Martin Luther asistió a las deliberaciones en Wannsee. Como preparación para la reunión, el departamento responsable le había preparado una nota sobre “Deseos e ideas del Ministerio de Relaciones Exteriores sobre la solución global prevista de la cuestión judía en Europa”. Entre ellas se encontraban, por ejemplo, la “introducción de leyes judías” en toda Europa o la “deportación de todos los judíos residentes en el Reich alemán (...) al Este”.

El Protocolo de Wannsee también contiene la propuesta de Luther de “posponer por el momento” las deportaciones de judíos del norte de Europa debido a “las dificultades (...) que se esperan allí”. En cambio, para el “sudeste y oeste de Europa”, el Ministerio de Relaciones Exteriores no ve “grandes dificultades” para llevar a cabo las deportaciones. Así, el Ministerio de Relaciones Exteriores puso su experiencia en política exterior directamente al servicio de la realización del asesinato masivo. Sólo hubo una resistencia ocasional a esta complicidad.


Traducción CAI (MCM) Texto original Gobierno Federal

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