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Discurso de la Ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock en la Asamblea General de las Naciones Unidas
Annalena Baerbock (Bündnis 90/Die Grünen, hinten M), Außenministerin, spricht bei der Plenarsitzung der Generalversammlung der Vereinten Nationen zum Thema «The situation in the temporarily occupied territories of Ukraine» (Die Lage in den vorübergehend besetzten Gebieten der Ukraine). Bundesaußenministerin Baerbock ist anlässlich der Sondersitzungen der UN-Vollversammlung und des UN-Weltsicherheitsrates zum zweiten Jahrestag der russischen Invasion der Ukraine bei den Vereinten Nationen (UN) in New York., © dpa
"Temo que el mundo se olvide de nosotros... porque toda la atención se centra en la guerra de Rusia y la violencia en Medio Oriente".
Eso es lo que me dijo una mujer en Gorom, en Sudán del Sur.
Había huido de la violencia en Sudán, sin nada más que una pequeña bolsa llena de pertenencias y cargando a su hijo en la cadera.
Sus palabras siguen dando vuelta en mi cabeza desde entonces.
Y sé que esto les resulta familiar a innumerables hombres, mujeres y niños en todo el mundo, personas que se van a la cama con hambre, que sufren violencia.
Me paro aquí y les digo:
No les hemos olvidado.
El hecho de que la brutal guerra de Rusia contra Ucrania se haya prolongado durante dos años no significa que no veamos su sufrimiento.
Una estudiante secuestrada en el este de Ucrania, arrebatada a sus padres, es una niña que sufre.
Un infante de Gaza que ha perdido a sus padres, es un niño que sufre.
Un niño que pasa hambre en Sudán, es un niño que sufre.
Todas las vidas tienen el mismo valor.
La humanidad es indivisible.
Lo peor que podríamos hacer sería contraponer el sufrimiento de una persona al de otra. Sólo estaríamos siguiendo el juego de quienes quieren dividirnos para hacer avanzar su nefasta agenda en el mundo.
Por eso es cinismo puro cuando el ministro de Asuntos Exteriores ruso -como ocurrió hace dos días en la reunión del G20 en Río- pregunta descaradamente por qué el mundo centra tanta atención en la guerra de Rusia contra Ucrania.
Señor Lavrov, estamos centrando nuestra atención en su guerra porque su guerra trae muerte, dolor y destrucción.
No solo en Ucrania. No sólo en Bucha e Irpín. No solo en el este de Ucrania.
Sino en todo el mundo.
Rusia ha bombardeado puertos en Ucrania -deliberadamente- para impedir la exportación del grano ucraniano al extranjero y ha utilizado así los alimentos como arma.
Todo esto podría terminar mañana si el presidente ruso detuviera ahora esta guerra.
Si queremos un mundo en el que todas las vidas tengan el mismo valor, todos y cada uno de nosotros debemos oponernos a la guerra de Rusia.
Las Naciones Unidas se fundaron precisamente para esto: para garantizar que "una vida es una vida".
Que la humanidad es indivisible.
El presidente Putin ha demostrado una y otra vez que las vidas humanas no cuentan para él, ni en el extranjero ni en su propio país, donde ahora ni siquiera tiene reparo en arrestar
a los niños rusos que depositan flores en memoria de Alexei Navalny.
Le dije a la mujer de Sudán del Sur: no elegimos centrar nuestra atención en la guerra de agresión de Rusia de esta manera. Son las nefarias acciones del presidente ruso las que nos obligan a hacerlo.
Pero eso no significa que no veamos el sufrimiento en Sudán, que no veamos el sufrimiento en Medio Oriente.
Como a muchos de nosotros, la devastadora situación humanitaria en la Franja de Gaza nos quita el sueño por las noches.
17.000 niños que han perdido a su madre o a su padre.
Cientos de miles necesitan desesperadamente alimentos y agua. Este sufrimiento debe terminar ahora.
Hamás debe liberar a todos los hombres, mujeres y niños que tomó como rehenes en su nefasto ataque contra Israel el 7 de octubre.
Necesitamos una pausa humanitaria para poder trabajar por un cese al fuego sostenible. Para que podamos encontrar un camino que lleve tanto a israelíes como a palestinos a una vida de dignidad, paz y seguridad. En dos Estados.
Sé que este conflicto está provocando emociones intensas en muchos de nuestros países. Por eso es tan importante no ceder ante quienes quieren confrontar el sufrimiento de unos con el sufrimiento de otros.
El liderazgo político significa hacer frente a la polarización.
Proteger a nuestras sociedades del veneno de la deshumanización.
Este es el mensaje que debe salir hoy de la Asamblea General.
Estaremos junto a Ucrania todo el tiempo que sea necesario.
Hacemos frente a un mundo nefasto.
Defendamos un mundo en el que una vida es una vida, ya sea palestina, israelí, sudanesa o ucraniana".