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La conferencia 2018 de las y los representantes de Alemania en el mundo
Botschafterkonferenz 2018, © AA
La semana del 27 al 30 de agosto tiene lugar en Berlín la 16ª conferencia de las y los representantes de Alemania en el exterior, comúnmente conocida como la Conferencia de los Embajadores (Botschafterkonferenz). El nombre corto hace referencia a una práctica algo más antigua. La denominación oficial expresa un retrato más cercano a la realidad: participan también embajadoras, y las y cónsules generales.
Este año la Conferencia tiene como título “Alemania en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: dos años de responsabilidad global”, en alusión al asiento no permanente que Alemania ocupará en uno de los gremios de la Organización de la Naciones Unidas para el bienio 2019-2020, tras la votación de la Asamblea General el pasado 8 de junio. Desde todas partes del mundo viajaron a Berlín 165 embajadoras y embajadores, 2 representantes especiales, y 62 cónsules, activos en más de 200 representaciones alemanas en el exterior, quienes se reunieron en pleno por primera vez con el jefe de la diplomacia alemana, el Ministro Federal de Relaciones Exteriores Heiko Maas, quien asumió el cargo en marzo pasado.
Para la inauguración de la Conferencia, el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores invitó a la Ministra de Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland. Ante ella, el Ministro Federal Maas dijo que tanto Canadá como Alemania y la Unión Europea, necesitan replantear su relación con Estados Unidos y colaborar en ese propósito en escenarios tan importantes para sus respectivos países, como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la ONU o la Organización Mundial de Comercio (OMC). Necesitan apoyar además un orden internacional basado en reglas con la participación de muchos, y no la imposición de pocos. Por eso, junto con Canadá y abierto a otros países que piensan de manera similar en Asia, América Latina o África, el Ministro Maas propuso una “Alianza para el multilateralismo”. La idea sugiere una red de socios que colaboren para mantener y desarrollar el sistema internacional basado en reglas justas. Esta Alianza no buscará crear instituciones o clubes nuevos, sino depositar esfuerzos para respetar el orden, incluso si no parece haber una recompensa en el corto plazo por hacerlo.
Pero el trabajo de las y los diplomáticos alemanes y sus representaciones en el exterior no es solamente velar por los intereses del gobierno de Alemania –sin duda hay algo de eso–, u ofrecer servicios consulares a nacionales alemanes en otros países, así como a los extranjeros interesados en visitar Alemania. Una parte sustancial de su trabajo en la globalización es la promoción de la economía alemana en el exterior. Por eso, en la Conferencia se incluye un Día de la Economía, en que además de diplomáticos participan casi mil representantes de la economía alemana: empresarios, sus gremios, y otros órganos del Gobierno Federal y gobiernos de los Länder encargados de la promoción económica. Esta ocasión, el foro económico tuvo como título “Entre proteccionismo y capitalismo de estado. Desafíos para un orden comercial basado en reglas”. Para esta sesión, el invitado de honor fue Simon Coveney, Viceprimer Ministro y Ministro de Exteriores y Comercio de Irlanda.
El mensaje del Ministro Maas en la sesión de economía continuó el tono del discurso inaugural de la Conferencia: en esa reunión se dirigía las y los multilateralistas alemanes y extranjeros, que están en favor y comparten el convencimiento de un orden económico mundial basado en reglas. Como en la actual coyuntura precisamente esa visión del mundo está amenazada por la conducta de países fundamentales por el tamaño de sus economías y sus intercambios con el mundo, Alemania y la Unión Europea están en favor de un sistema con reglas, porque eso hace al mundo más fuerte y más seguro.
Los desafíos que enfrentan Alemania y la Unión Europa en materia económica se describen en unos cuantos ejes con protagonistas específicos: el primero de ellos es el proteccionismo de Estados Unidos, manifiesto en la imposición de aranceles a las exportaciones de productos de acero y aluminio europeos apelando a una supuesta amenaza a la seguridad estadounidense. Más equivocado resulta, dijo Maas, que el gobierno de Estados Unidos mantenga su amenaza de imponer aranceles a los autos alemanes. Y aseveró: “Los autos alemanes no son un peligro a la seguridad nacional de Estados Unidos. Más bien hacen las calles estadounidenses más seguras”. Evaluó que el acuerdo alcanzado a finales de julio por el Presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker y el Presidente Trump es un logro, pero no resuelve el problema de fondo de las reglas comerciales: se requiere un acuerdo con las reglas de la OMC, y que la Unión Europea no reduzca los estándares sociales y medioambientales que adopta dentro de su mercado y promueve en el resto del mundo. Pero para Alemania, Estados Unidos es –junto con la Unión Europea– su socio indispensable, por esa razón y para reafirmar alianza con este país ha desplegado un programa de política cultural exterior que resalte la historia y sus vínculos entre ambos países. El llamado Wunderbar Together acercará a Alemania “llevándola” por todo Estados Unidos.
Otro de los ejes es China: socio político y económico, y creciente competidor comercial. El Ministro de Exteriores alertó que el capitalismo de Estado hace que el salto tecnológico que China experimenta la coloque como un competidor global basado en una práctica que no respeta reglas del mercado. Este y otros temas con China deben ser abordados en foros multilaterales basados en reglas, y en el diálogo bilateral constante, así como en formatos más amplios para encontrar soluciones a las disputas comerciales que están escalando también entre Estados Unidos y China. La cooperación entre la Unión Europea y el país asiático ha rendido frutos como el recientemente negociado acuerdo de inversiones. Pero el diálogo y la toma de decisiones cooperativas seguirán siendo importantes para para conjurar los riesgos que la ambiciosa iniciativa China de conectividad global Belt and Road Initiative suponen para los estándares sociales y medioambientales europeos.
Las divergencias comerciales de Alemania y Unión Europea con los dos países mencionados no son los únicos temas que preocupan a las y los diplomáticos reunidos en Berlín esta semana. El tercer eje de las inquietudes son las sanciones que países imponen a terceros países en los cuales Alemania –su gobierno y sus empresas– tienen intereses. Por ejemplo: las sanciones que Estados Unidos ha impuesto a Irán, Rusia, China, Turquía. Todos esos son casos en las que un sistema multilateral basados en reglas y que todos respetaran funcionaría adecuadamente para todo el mundo. El cuarto gran problema que enfrenta Alemania es la incertidumbre por la salida del Reino Unido de la Unión Europea (hoy conocido por todos como Brexit). Esta, aseguró el Ministro Maas, es una apuesta “perder-perder” (“lose-lose” frente al óptimo “win-win”) para todos los involucrados; y un desafío para las empresas y para las personas. Sugirió a los representantes empresariales y diplomáticos presentes estar preparados para un escenario de salida británica mal negociada y más costosa.
Para enfrentar el pesimista horizonte, Alemania sabe que se necesita un sistema de comercio global que además ofrezca mejorías no solo a los negocios, sino también a la población. Si el multilateralismo no funciona para la gente, no funcionará. Heiko Maas se manifestó en favor de incluir y defender estándares sociales y medioambientales en la política comercial y la promoción externa de la economía. Solo de esta forma se podrá contrarrestar la oposición de la opinión pública en Alemania y otros países que rechazan las negociaciones de acuerdos comerciales, como sucedió hace apenas unos años con la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP) entre la UE y Estados Unidos, o el Acuerdo Integral de Economía y Comercio (CETA) entre la UE y Canadá. El Ministro Federal dijo que en los últimos meses, con los cambios en la política mundial, muestran que estar quienes están en favor del mundo libre están en favor del libre comercio, en tanto quienes favorecen el proteccionismo comercial, son quienes favorecen el nacionalismo. Y este segundo campo, es uno al que Alemania ni Europa deben acercarse, por lo tanto –sugirió Maas– el debate político que tenga lugar en el país debe dejar en claro esta distinción.
Alemania desea enviar al mundo una señal en contra del aislacionismo y las respuestas unilaterales. Por eso proponen una “Alianza para multilateralismo”, pero no de nostálgicos del pasado, pues los problemas de hoy y mañana no se resuelven con soluciones de ayer. Al contrario, el mundo basado en reglas confiables necesita de instituciones actualizadas, por eso Alemania abraza la iniciativa francesa de impulsar en la Unión Europa, junto con China y Japón, una mejora de la OMC.
Que Alemania haya invitado a los jefes diplomáticos de estos dos países puede interpretarse como una señal que Berlín envía a socios cercanos (Canadá como uno de los dos socios Transatlánticos del Norte, Irlanda como miembro de la Unión Europea), que actualmente se ven afectados por las decisiones políticas y económicas de sus respectivos países vecinos y principales socios económicos (Estados Unidos para Canadá, Reino Unido para Irlanda).
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