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Discurso inaugural del Ministro Federal de Relaciones Exteriores Heiko Maas en la Reunión Informal de Ministros de Exteriores de la Unión Europea y los países de América Latina y el Caribe
Ninguno de nosotros olvidará jamás este año 2020 que superó la imaginación de muchos.
La pandemia de COVID-19 nos tomó demasiado desprevenidos. Las consecuencias que tenemos que sortear son demasiado graves y ninguno de nosotros ha salvado la situación.
Sin embargo, considero que también hay motivos de esperanza.
Los investigadores de todo el mundo han desarrollado, más rápido que nunca, vacunas efectivas, las cuales también estarán disponibles en breve.
Se puede apreciar con mayor claridad que nunca que el valor de la cooperación internacional vuelve a tomarse en serio.
Asimismo, es más importante que nunca contar con amigos y socios a nivel mundial con quienes cooperar.
Y con ello, estimadas y estimados colegas, llego al tema de nuestra reunión de hoy. No es casualidad que el gran evento de clausura de la Presidencia alemana del Consejo de la Unión Europea esté dedicado a América Latina y el Caribe.
Con justa razón hemos evocado una y otra vez nuestra amistad y nuestros valores comunes. No obstante, pienso que durante los últimos meses lo hemos demostrado de manera muy práctica.
En la crisis hemos duplicado nuestra ayuda humanitaria para América Latina y el Caribe y David Beasley seguramente tocará este tema en un momento.
Hemos enviado equipos médicos a la región y hemos puesto a disposición pruebas de COVID-19.
Y los europeos reafirmamos que no se enviará la vacuna exclusivamente a los lugares en los que se tiene la capacidad para pagar por ella, sino a los lugares en donde se necesita.
Y es que no queremos abandonar a nuestros amigos con los que también deseamos contar de cara a la cooperación futura. Además, sabemos que solo si superamos la pandemia a escala mundial podremos vencerla de forma duradera.
Alexander von Humboldt, el gran emprendedor de viajes por América Latina dijo alguna vez que con el conocimiento nace el pensamiento. A todos nos une el convencimiento de la importancia de los consejos de la ciencia y el intercambio en el ámbito científico, precisamente en estos tiempos.
Por consiguiente, hoy quiero proponer la creación conjunta de un centro central y transnacional de investigación en enfermedades infecciosas en América Latina y el Caribe. Me complacería mucho recibir las primeras opiniones y reacciones al respecto en el marco de nuestra reunión de hoy.
Estimadas y estimados colegas:
La pandemia es una muestra palpable de la importancia vital que encierran la cooperación multilateral y también la solidaridad internacional.
En el mundo están sucediendo muchas cosas.
Habida cuenta en particular de la competencia entre las grandes potencias que vivimos tenemos que constatar que el antagonismo entre los Estados Unidos de América y China seguirá marcando la política internacional. Precisamente nuestros países deben tener en cuenta esto a la hora de tomar sus decisiones políticas y económicas.
Ciertamente, ni a nosotros ni a nadie le beneficia un “decoupling” o el bipolarismo que caracterizó la Guerra Fría.
He ahí otra razón por la cual esta mañana hablamos sobre la forma en que podemos garantizar nuestra soberanía digital. La puesta en servicio del cable submarino entre Brasil y Portugal acercará aún más nuestros mundos de datos el próximo año, y es bueno que así sea.
Yo considero que deberíamos reforzar esta dinámica, por ejemplo, a través de una plataforma de conectividad entre Europa y América Latina que vincule a los Gobiernos y las empresas en cuanto a las infraestructuras digitales.
Y es bueno, querido Josep, que la Unión Europea quiera avanzar a este respecto –de hecho, durante los próximos meses– y que haya presentado una agenda muy amplia en esta materia.
Estimadas y estimados colegas:
Todas estas reflexiones naturalmente se ven afectadas por la preocupación en torno a la recuperación económica y financiera después de la crisis.
Estoy firmemente convencido de que en este contexto no bastará seguir como hasta ahora.
Y es que si seguimos como hasta ahora no resolveremos los retos del futuro – desde el cambio climático hasta la digitalización– ni vamos a satisfacer las expectativas de nuestras ciudadanas y ciudadanos, lo cual ya se está manifestando en los movimientos sociales tanto en América Latina como en Europa.
Así pues, cuando hablemos hoy sobre el fortalecimiento de nuestras relaciones económicas y comerciales, deberíamos ante todo tener esto en cuenta.
Sí, nos complace que pronto se podrá firmar el nuevo acuerdo comercial entre México y la Unión Europea.
Asimismo, queremos el acuerdo entre la Unión Europea y MERCOSUR porque es preferible que conformemos juntos los estándares sociales, ecológicos y de políticas comerciales del futuro a que otros nos las dicten.
Por ello también necesitamos continuar el proceso de diálogo entre la Unión Europea y MERCOSUR, así como con la sociedad civil y las empresas, que nos brinde respuestas a las cuestiones aún sin resolver en relación con la protección del clima y la sostenibilidad.
Justo los países de su región y, sobre todo, las islas del Caribe ya ahora están siendo particularmente afectados por el cambio climático. Por eso, junto con la República Dominicana y San Vicente y las Granadinas, impulsamos el tema “clima y seguridad” en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Además, el cambio climático puede y debería ser aún más visible en nuestras políticas comunes.
Esto no se opone a la recuperación económica. Por ello queremos ir avanzando para abordar las cuestiones que también están sobre la mesa precisamente aquí en Europa respecto al acuerdo de MERCOSUR. Sin embargo, quiero volver a hacer hincapié en que un acuerdo tal sería de gran beneficio para ambas partes.
En Alemania, por ejemplo, hace algunos meses aprobamos, en el contexto de la recuperación económica y la sostenibilidad, nuestra estrategia nacional de hidrógeno. Básicamente se trata de abrir este mercado de futuro a la hora de reconfigurar nuestra economía de manera sustentable. En este contexto América Latina y el Caribe son para nosotros los socios ideales.
Hace algunos días se acordó el fomento para un proyecto de futuro en Chile; también en otros lugares existe interés, por ejemplo, en Colombia. También aquí Europa actúa bajo tu dirección, querido Josep, como “team Europe”, por ejemplo, cuando la Comisión impulsa el análisis del potencial en materia de hidrógeno en América Latina y el Caribe.
No obstante, si nos tomamos en serio el “build back better”, forzosamente tendremos que hablar sobre los recursos financieros. Sé que la pandemia ha afectado sobremanera los presupuestos de sus países; en Europa esto no es distinto.
Por consiguiente, apoyamos el elevado monto de crédito para América Latina y el Caribe en el FMI, así como la utilización de la línea de crédito flexible, también para los países emergentes.
Asimismo, en el marco del G20 abogamos por soluciones viables.
A este respecto, además, deberíamos mirar hacia el futuro, y, cuando hablemos sobre alivios de la deuda, ocuparnos de que incluso cuando se trate de inversiones u obligaciones estas cumplan con ciertos criterios respecto a la sostenibilidad. Me da gusto de que nuestra colega Claudia Blum, de Colombia, hable más tarde sobre algunas ideas como los “green debt swaps”. También este es un tema relevante e interesante.
Estimadas y estimados colegas:
Al principio hablé sobre la esperanza a la hora de mirar más allá del año 2020.
Hay una cosa que no he mencionado, a saber, la esperanza que nace del hecho de que nuestra reunión de hoy se pueda realizar; que estemos hablando y que estemos unidos en esta crisis.
Y que contigo, querido Augusto y contigo, querido Anže, el próximo año asumirán la Presidencia del Consejo de la Unión Europea dos colegas que darán continuidad a lo que queremos impulsar hoy aquí.
“Con el conocimiento nace el pensamiento”, dijo Humboldt.
Hoy deberíamos añadir que con el pensamiento nace la acción conjunta.
En este sentido, muchas gracias a todos por estar aquí y por querer hablar con nosotros sobre la forma de intensificar aún más nuestras relaciones.
¡Muchas gracias!