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La diplomacia climática alemana
Moore spielen eine wichtige Rolle im Klimaschutz., © CHROMORANGE /picture alliance
La crisis climática es el reto global. ¿Qué papel desempeña la diplomacia en la cooperación internacional sobre el clima? ¿Qué significa la diplomacia climática? ¿Cómo afecta a la seguridad internacional?
Aumento del nivel del mar, dramática extinción de especies, nuevos récords de calor: la crisis climática es evidente en todo el mundo. En la actualidad, más de 3.000 millones de personas viven en regiones gravemente afectadas o amenazadas por los efectos del cambio climático. La destrucción del medio ambiente y de los recursos naturales también pone en peligro la seguridad humana e internacional: agudiza los conflictos por recursos cada vez más escasos, como el suministro de agua y alimentos, y obliga a huir a millones de personas.
La ciencia no deja lugar a dudas: queda poco tiempo para limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Para ello, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben reducirse drásticamente en esta década. Ningún Estado o región puede conseguirlo por sí solo: es necesaria la cooperación internacional. Aquí es donde entra en juego la diplomacia climática.
El sistema de conferencias mundiales sobre el clima
En 1992, la comunidad internacional acordó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). 154 Estados firmaron el documento en Río, que es la base de las conferencias mundiales anuales sobre el clima (COP). El objetivo es reducir el calentamiento global a un nivel tolerable limitando las emisiones de gases de efecto invernadero. Se adaptó con el Acuerdo de París en la COP21. La tarea de la diplomacia climática es preparar el contenido de estas conferencias y ayudar a poner en práctica sus objetivos. Para ello, hay que crear alianzas internacionales para que todos los Estados, en particular también los países emergentes y en desarrollo, puedan fijarse objetivos climáticos ambiciosos y también alcanzarlos. Esto se debe a que en las conferencias se aplica el principio del consenso: las 197 Partes deben estar de acuerdo con las decisiones que negocian conjuntamente de antemano. Para ello, se celebran numerosos actos internacionales a nivel de trabajo y ministerial a lo largo del año. Para preparar la COP, por ejemplo, el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores acoge el Diálogo de Petersberg sobre el Clima. Además, el Gobierno Federal apoya el trabajo del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que elabora informes periódicos sobre el estado del cambio climático y los coordina en todo el mundo para reforzar la política climática basada en la ciencia.
Asociaciones y financiación para la lucha contra el cambio climático
La adaptación al cambio climático y la necesaria transformación económica acelerada es un reto importante, especialmente para los países emergentes y en desarrollo. Necesitan apoyo para reducir sus emisiones. Por ello, en 2009, en Copenhague, los países industrializados se fijaron el objetivo de movilizar 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para invertir en la protección y adaptación al clima en los países en desarrollo. El objetivo no es solo proporcionar apoyo estatal, sino también promover inversiones privadas que impulsen el cambio económico. El objetivo no se ha conseguido hasta ahora. En este contexto, los países industrializados también se han comprometido a duplicar la financiación para la adaptación de 2019 a 2025.
Alemania apoya la transformación sostenible en países clave, especialmente en el marco de las asociaciones climáticas.
Prevenir los impactos geopolíticos y de seguridad del cambio climático
La crisis climática se ha convertido en un factor geopolítico: los centros de poder económico y político se desplazan a medida que se crean nuevas rutas comerciales por el deshielo de los glaciares, y los centros y la demanda de materias primas se desplazan como consecuencia de la transición energética mundial. Los impactos climáticos, como el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, hacen que los recursos sean más escasos y exacerban los conflictos.
Esto hace que la diplomacia climática sea una política de seguridad preventiva. La prevención, pero también el tratamiento de los impactos climáticos a través de la adaptación y el aumento de la resiliencia son el núcleo de la diplomacia climática. Alemania se compromete a garantizar que las cuestiones climáticas y de seguridad también se tengan más en cuenta en el marco multilateral, por ejemplo, en la ONU, la UE, la OSCE y la OTAN.