El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas no es una institución perfecta. Pero es una de las herramientas más importantes que tenemos como comunidad internacional en la lucha contra las graves violaciones de los derechos humanos. Nos da a nosotros y a nuestros socios un foro para hablar en nombre de los que no están en la mesa. Como, por ejemplo, las valientes mujeres y niñas de Irán que luchan por sus derechos y su libertad arriesgando sus vidas. Ellas también pueden contar con la voz de Alemania en Ginebra.

El que Alemania haya sido elegida hoy por 167 Estados para el Consejo de Derechos Humanos por otros tres años es un voto de confianza. Y no defraudaremos esta confianza. Alemania seguirá trabajando allí por la persecución de los peores crímenes contra los derechos humanos. Y promoveremos las cuestiones que importan a cientos de millones de personas en todo el mundo, como el derecho al agua potable, la cuestión de los derechos, los recursos y la representación de las mujeres y los grupos marginados, así como los aspectos de los derechos humanos relacionados al cambio climático.