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Global Disability Summit en Berlín: el 15 por ciento para el 15 por ciento.

Global Disability Summit, © (c) picture alliance/dpa Michael Kappeler
La tercera Cumbre Mundial sobre Discapacidad a inicios de abril envió una fuerte señal de humanidad. Más de 3.000 personas de más de 100 países se reunieron en Berlín para reforzar los derechos de las personas con discapacidad en todo el mundo.
Imagina que estás sentado en una mesa con 10 personas. El montaje es perfecto: flores cuyo aroma combina a la perfección con el vino que sirven. El menú es de ensueño; entre lo dulce y lo salado todos los sabores se complementan uno a uno al pasar de los tiempos.
Tú eres uno de los afortunados que se regocijan con la hermosa velada, sin embargo, nadie, ni tú mismo, se percata de que, por lo menos, en esa misma mesa hay una persona que no logra disfrutar. No es un tema de gusto o de variedad de opciones, sino de una imposibilidad real para aprovechar la variedad de posibilidades que ofrece la verbena.
Este burdo y simple ejemplo ilustra la situación de las personas que viven con alguna discapacidad. Para 1.3 mil millones de personas, el mundo es esa mesa arreglada para el gran festín al que no pueden acceder por una condición inherente a su ser y simplemente es injusto.
Para cambiar esta situación más de 80 Estados y organizaciones de todo el mundo se han unido para firmar la Declaración de Ammán-Berlín sobre la inclusión global de las personas con discapacidad que emana de la tercera Cumbre Mundial sobre Discapacidad llevada a cabo en Berlín a inicios de abril. Diez países de América Latina han firmado hasta ahora la Declaración: Brasil, Colombia, Haití, Honduras, Jamaica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
En lo que se puede considerar un hito de la cooperación y la diplomacia, los representantes de la cumbre alcanzaron el acuerdo más grande hasta el momento: que por lo menos el 15% de los proyectos de desarrollo fomente la inclusión de la discapacidad, es decir, que ese asiento en la mesa que es la vida sea accesible para las minorías vulneradas que tradicionalmente quedan fuera.
En el marco de esta cumbre se presentaron más de 800 compromisos por más inclusión de la discapacidad y accesibilidad en el mundo entero, desde proyectos individuales más bien pequeños hasta cambios sistémicos mayores. Alemania y la Unión Africana, por ejemplo, acordaron fortalecer conjuntamente Organizaciones de Personas con Discapacidad en el continente africano, involucrando en particular a personas jóvenes y mujeres.
Conjuntamente con el Ministerio Federal de Desarrollo alemán, Gran Bretaña, la International Disability Alliance y "Girls’ Education Challenge", el programa multilateral "La Educación No Puede Esperar" mejorará hasta 2028 la disponibilidad de datos y la rendición de cuentas sobre la educación inclusiva de la discapacidad de niños y niñas viviendo en situaciones de crisis prolongadas. En el país coanfitrión Jordania, el operador privado de la escuela "Ahliyyah & Mutran" declaró invertir unos 4.8 millones de euros para configurar la enseñanza inclusiva de la discapacidad, por ejemplo adquiriendo material escolar diseñado desde el principio de manera que tanto los niños y niñas con y sin capacidad puedan usarlo. Después de la cumbre, todos estos compromisos se publicarán de modo que se podrá monitorear transparentemente su implementación.
Recordemos que la Cumbre Mundial sobre Discapacidad es la plataforma internacional más importante para el fomento de los derechos y la inclusión de las personas con discapacidad y nos llena de orgullo saber que Alemania funge como actor central para lograr hacer del mundo un lugar más inclusivo: para que todos podamos sentarnos a la mesa y disfrutar en igualdad de condiciones y de manera justa de las oportunidades para desarrollo profesional y humano que tiene el mundo.
Al respecto, la Ministra Federal de Desarrollo, Svenja Schulze, comentó:
Con la Declaración de Ammán y Berlín logramos un verdadero avance en materia de derechos de las personas con discapacidad a nivel mundial. Por primera vez hay una meta mensurable de cómo la cooperación internacional puede contribuir a la inclusión de la discapacidad. Ello fortalecerá las fuerzas en el mundo entero abogando por los derechos de las personas con discapacidad.
A ello se vienen añadiendo los más de 800 compromisos: con cada compromiso voluntario, el mundo se acerca un poco más a la aplicación de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. En tiempos en los cuales algunos quieren aplicar la ley del más fuerte, esta cumbre envía una fuerte señal de humanidad. Conjuntamente nos enfrentamos a todo ataque a la participación y la inclusión de la discapacidad.
Redacción de Claudia Morales con información del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ)