Willkommen auf den Seiten des Auswärtigen Amts
Erich Kästner
Erich Kästner, © dpa
Un 23 de febrero de 1899 nacería en Dresde, el escritor Erich Kästner, creador de obras tan conocidas como "Emilio y los detectives" o "La conferencia de los animales".
Autor satírico y de reconocida fama entre niños y jóvenes, fue el único escritor alemán que presenció la quema de libros por parte de los nazis y vio a su ciudad natal desvancerse entre los escombros del bombardeo de 1945. Fue pacifista -y crítico- siempre, atributos que lo honran por encima de tantos otros escritores beligerantes -y lambiscones.
Erich Kästner -el escritor
La Königsbrückerstrasse no parecía ella misma, todo eran escombros, pilotes destruidos y a medias -filosos como gritos-, paredes desvencijadas, ladrillos como lamentos por todas partes regados. Una imagen -la destrucción de una ciudad- que aún hoy es real, visible. Pero entonces era 1945 y los ojos que veían el desastre los de Erich Kästner. Dejó escrito a propósito: "En mil años se construyó su belleza, en una noche fue terriblemente destruida" (Als ich ein kleiner Junger war, 1957 -"Cuando yo era pequeño").
En esa calle de Dresde nació un 23 de febrero de 1899 -hoy hace 110 años-, Erich Kästner. Su infancia y juventud, como la de tantos otros, se vería transformada -destruida-, por las dos grandes guerras.
Primero al ser reclutado en 1914, con tan sólo 15 años, para luego combatir en el destacamento de artillería. Y después, porque habiéndose quedado en Alemania con la llegada de los nazis al poder, sufrió los interrogatorios de la Gestapo en varias ocasiones, presenció la quema de los libros en Berlín -ciudad en la que vivía por esas fechas-, se le fue apartando de la vida pública y, finalmente, sufrió la destrucción de su casa berlinesa y de su casa natal. Los bombardeos es lo que tienen, están obsesionados con la seguridad.
Escribió artículos con ferocidad y agudeza, desde que en 1922 es contratado como periodista en el diario Neue Leipziger Zeitung. Allí sufre los primeros actos de censura, se le recoloca como corresponsal libre, pero se demanda de él el anonimato. Comienza a firmar sus artículos con el seudónimo de Berthold Bürger -el ciudadano Berthold.
Escribe artículos periodísticos -y novelas- y, sin embargo, es conocido como "escritor para niños" o autor de literatura infantil. Un extraño rubro que a veces parece una razón para el aislamiento, -"ése escribe para niños" puede escucharse de una voz despectiva. Entre las obras de literatura infantil más conocidas están: Emilio y los detectives -escrita en 1928- y su secuela, Emilio y los tres mellizos (1933); La conferencia de los animales (1949), La miniatura desparecida (1935) o la obra de teatro y guión cinematográfico, Barón Münchhausen (1942).
Esta obra será llevada a la pantalla en 1943, bajo la dirección de Joseph von Báky, para celebrar los 25 años de los estudios ílmicos de la UFA. El nombre del guionista no aparece en los créditos -¿Goebbels en persona habrá sido el olvidadizo?-, es la segunda adaptación de la leyenda del barón Münchhausen -las otras son de Melliés (1911) y Terry Gillian (1988)- y aunque políticamente correcta -con la previa y delicada censura-, pues es una película de ficción, puede escucharse en una escena la voz satírica de Kästner, que en voz del barón dice: "Nicht meine Uhr ist kaputt, die Zeit ist kaputt!" ("No es mi reloj el que está roto, sino el tiempo". Ay, de las profecías).
Kästner sobrevive a las guerras, trabaja en la radio -grabando su voz y sus narraciones- y sigue oponiéndose al militarismo de cualquier rubro. Moriría en Múnich, el 29 de julio de 1974.
En español existen los siguientes títulos traducidos de Kästner:
El teléfono encantado, SM ediciones, 1999.
Las dos Carlotas, Juventud ediciones, 2002.
Emilio y los detectives, Juventud ediciones, 2002.
La conferencia de los animales, Alfaguara, 2002.
CAI (Gordillo), -actualización- a 23 de febrero 2018.