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"No me veo como un modelo a seguir"

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La autora cuya dramática historia de drogas y prostitución dio la vuelta al planeta vuelve a las portadas con una nueva autobiografía. Hace 35 años, el periódico Stern publicó el primer capítulo de una feroz autobiografía llamada "Los niños de la estación del Zoo" (Wir Kinder vom Bahnhof Zoo; en España Yo, Christiane F. Hijos de la droga). La historia se convirtió en libro y vendió cinco millones de ejemplares en 20 países. Tres años después, es la película más rentable de la historia del cine alemán.

CAI: Se podría decir que usted es parte de la cultura pop, de la historia de Alemania e incluso de la subcultura del mundo. ¿Es consciente de ello?

Christiane F.: No. No me veo así para nada. Me he convertido en una persona famosa y no sé por qué. Al parecer, muchos se reconocen a sí mismos en mi propia historia, incluso si no consumen drogas. Tal vez porque no se trata principalmente de las drogas, sino de identificar los problemas de uno mismo, de su familia, del mundo. Pero me resulta difícil cuando me preguntan si puedo darles algún consejo. No me veo como un modelo a seguir.

CAI: ¿Por qué aparece este libro ahora?, ¿no le surgieron propuestas con anterioridad?

Christiane F.: Sí, tuve varias ofertas. Pero con Sonja Vukovic encontré a una periodista en la que podía confiar.

CAI: ¿Qué relación mantiene todavía con los autores del primer libro? ¿Qué la une a la autora del segundo?

Christiane F.: En realidad, después de Wir Kinder vom Bahnhof Zoo solo mantuve el contacto cercano algunos años. Horst Rieck me ha seguido contactando, sobre todo, porque era necesario hablar de asuntos de negocios. Pero siempre ha sido amable y dispuesto a ayudar. Kai Hermann, aunque él afirma lo contrario, hace muchísimos años que no le importo un rábano.

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CAI: Su vida siempre ha estado asociada a los medios de comunicación. Después de tantos años y experiencias... ¿qué opina de la prensa?

Christiane F.: No mucho, si te soy honesta. Recientemente he tenido que soportar la mala experiencia de que Stern TV se haya aprovechado de mi confianza con un gran rodaje de seis horas sobre la imagen de una vieja drogadicta, borracha y loca. Confié en la periodista, era como una amiga para mí, nos conocíamos desde hace años. Fue un error haber confiado, hablé con ella de la manera que se habla con alguien en quien se confía. Se suponía que sería algo relajado, después de todo, ella me invitó a un bar para grabar y me dio un enorme gin tonic... Entonces en el reportaje me dejaron como una borracha.

CAI: ¿Cómo es su relación con los fans? ¿Se siente querida o se siente amenazada?

Christiane F.: Ambas cosas. Tengo fans realmente increíbles. Uno por ejemplo, viene anualmente desde Múnich a Berlín desde hace 35 años para mi cumpleaños y me trae flores y un regalo. Pero naturalmente hay gente que me envidia y hay quien me desprecia.

CAI: Existe mucha hipocresía en la sociedad en cuanto a las drogas, cuando lo cierto es que las drogas podrían considerarse como un factor cultural más... ¿Cómo define las drogas?

Christiane F.: No entiendo la pregunta. Las drogas son drogas. El alcohol es también una droga. Y la nicotina también. Unas son ilegales y las otras legales.

CAI: ¿Qué le queda por vivir?

Christiane F.: Solo me falta tener una casa en el campo. Donde pueda vivir en paz. Ahora me resulta difícil manejarme con el bullicio de la ciudad. Tengo 51 años y quisiera abordarlos de una manera un poco más tranquila.

CAI: ¿En qué piensa cuando pasa alguna vez por Zoologischer Garten con el S-Bahn? ¿Sigue en contacto con alguno de los niños de la estación del Zoo?

Christiane F.: No. Hace décadas que no tengo ningún contacto y me parece absurdo que todo el mundo me lo pregunte. Siempre respondo a eso preguntando si uno está en contacto con sus amigos de cuando tenía 11 o 12 años, o con el amor de la infancia. Tampoco voy nunca a la estación del Zoo. ¿Qué iba hacer allí? Eso fue hace mucho tiempo.

CAI: Cuando viajó a los Estados Unidos durante la promoción de la película Christiane F., llevaba un casete de Nena en el bolsillo. ¿Qué tipo de música escucha ahora? ¿Todavía le gusta David Bowie?

Christiane F.: No soy fan de Bowie desde mediados de los ochenta. Fue entonces cuando comprendí que ya no era en absoluto la criatura exótica de la cubierta del disco Diamonds Dogs, sino alguien entregado al mainstream.

CAI: ¿Se arrepiente de algo?

Christiane F.: Del primer libro. Me causó un estigma que es difícil de sobrellevar.

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CAI: ¿Cuál es su lugar favorito de Berlín?

Christiane F.: Hasenheide.

CAI: ¿De qué tiene miedo?

Christiane F.: De la gente que quiere hacerme algo, ya sea por envidia, por odio o por arrogancia. Hay mucha gente malvada.

Christiane F. – mein zweites Leben Deutscher Levante Verlag

http://christiane-f.com

Paco Arteaga Tacoronte
Paco Arteaga Tacoronte © Paco Arteaga Tacoronte


Paco Arteaga, en exclusiva para CAI, a 12 de noviembre 2011.

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Christiane tenía 15 años cuando contó en una habitación escueta en casa de su abuela, en un pueblo remoto de Schleswig-Holstein al norte del Alemania, aquella brutal crónica que muchos leeríamos años después. Allí y entonces, también comenzaba la segunda vida de Christiane F.

Las edades de Christiane F.

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