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Comienza la Oktoberfest

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M�nich se prepara para la Oktoberfest
Un camarero lleva comida durante la Oktoberfest de 2015 en M�nich. Foto: Karl-Josef Hildenbrand/dpa/archivo © Karl-Josef Hildenbrand/dpa

Múnich (dpa) - Litros de cerveza, kilos de salchichas y los trajes regionales a punto: comienza la cuenta atrás de la edición 184 de la "Oktoberfest", la gran Fiesta de la Cerveza de Múnich, que este año sucumbe a las bondades del mundo digital esforzándose por no perder ni un ápice de su esencia tradicional.

Este año, además de nuevas atracciones y mayores medidas de seguridad, la Oktoberfest permitirá a los asistentes pagar sus cervezas a través de una aplicación instalada en su smartphone.

Dejarse el monedero en casa no será por lo tanto una excusa para escaquearse de invitar a amigos y familiares a una ronda o a la tradicional "Mass" -jarra de un litro de cerveza-, cuyo precio ascenderá este año a los 10,70 euros (12,5 dólares).

El dinero electrónico será tan solo una de las novedades tecnológicas que la Oktoberfest tiene reservada en esta edición a los apasionados por la bebida nacional de Alemania.

Otra aplicación, desarrollada ex profeso para los festejos, ejercerá de guía virtual para los visitantes mostrándoles tanto el plano del recinto como indicándoles dónde quedan sitios libres para sentarse a degustar cervezas tradicionales y platos típicos de la región.

Pero si hay un artilugio que promete acaparar la atención tanto de la prensa como de los asistentes, ése es el calzado deportivo diseñado por Adidas especialmente para la Oktoberfest. Se trata del modelo de zapatillas "Múnich", que incorporan un tratamiento especial que permite repeler cualquier tipo de líquido, ya sea cerveza o vómitos.

La firma deportiva no ha escatimado en detalles y, además de optar por un diseño que combina a la perfección con los tradicionales "Lederhosen" -los pantalones típicos que visten los hombres de Baviera- y de forrar el interior con un tejido de cuadros rojos y blancos que imita a los manteles de las mesas que hay en el recinto, también incluyen en el lateral de la zapatilla la palabra "prost" (salud), que en Alemania se utiliza para brindar antes de beber.

La ciudad lleva semanas preparándose para la tradicional apertura del barril que tendrá lugar este sábado a las 12 del mediodía después de que suenen las 12 salvas de cañón que dan luz verde para que comience a correr la cerveza.

Ya el domingo, miles de asistentes se vestirán con trajes típicos y desfilarán los siete kilómetros que van del palacio Maximilianeum hasta el recinto en el Theresienwiese o Prado de Teresa donde se celebra el festival, en uno de los mayores desfiles de este tipo en el mundo.

Ellos irán ataviados con "Lederhosen" y ellas con el "Dirndl", el traje regional de las mujeres que incluye un corpiño ajustado que resalta el pecho femenino.

A lo largo de dos semanas la Oktoberfest volverá a demostrar por qué se autoproclama como "la mayor fiesta popular del mundo". A lo largo de los 345.000 metros cuadrados del Theresienwiese, también conocido por los muniqueses como el Wiesn, más de un centenar de empresas se encargarán de que la cerveza no falte.

La seguridad volverá a jugar en esta edición un papel principal, después de que Alemania fuese víctima en el último año de tres atentados yihadistas, el más luctuoso ocurrió el pasado mes de diciembre en un mercado navideño de Berlín y en él perdieron la vida 12 personas y medio centenar resultaron heridas.

Como el año pasado, se vallará la pradera en la que tiene lugar la Oktoberfest y los asistentes serán sometidos a estrictos controles en los puntos de ingreso. Las mochilas o bolsos de gran tamaño estarán vetados y se incrementará la videovigilancia para garantizar que la celebración transcurra sin complicación alguna.

Además, los agentes de policía llevarán cámaras integradas para grabar sus intervenciones y se colocarán jardineras de gran tamaño para en aras de impedir el acceso a automóviles que tuviesen intención de perpetrar atropellos múltiples.

El evento celebrado desde 1810 en Múnich surgió con motivo de la celebración del matrimonio del príncipe Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Altenburgo. Desde entonces la fiesta evolucionó hasta convertirse en todo un símbolo de Múnich y de Alemania en el extranjero.

La Oktobertfest se celebra este año entre el 16 de septiembre y el 3 de octubre. Está considerada como la fiesta popular más grande del mundo. A ella acuden anualmente más de seis millones de personas provenientes de todos los rincones del planeta.


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