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"Deseo compartirles la posibilidad de tener alas"

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El artista mexicano Jorge Marín © Carlos González.

El punto climático de la fiesta artística de los veinte años de Hermanamiento fue la develación de “las Alas de México”, escultura que fue colocada a un costado del edificio de la Embajada Mexicana en Berlín y que el autor de la misma, Jorge Marín, y el gobierno del D.F. donaron a la capital alemana precisamente para rememorar esta relación. Algunos momentos previos de que se hiciera la presentación oficial de la obra y, por tanto, antes de que funcionarios públicos y asistentes de ambas nacionalidades invitados al evento se hicieran incontables fotografías con ella –o más bien, frente a ella- el escultor michoacano nos habló, en exclusiva, sobre los pormenores del acto que dio por concluida la celebración de estas dos décadas … o 7,300 días.


CAI: ¿Qué tal te ha recibido Berlín?

Jorge Marín: Es mi primera vez en la ciudad y todo me ha parecido muy interesante y constructivo. Me he encontrado con una confluencia fantástica de arte contemporáneo y también, por supuesto, de arte clásico. La población alemana tiene presentes ambos polos, lo que crea un equilibrio cultural muy sano. Tienes esa raíz de base, pero también esa postura nueva hacia el presente y el futuro.

CAI: ¿El Berlín que imaginabas es igual al que te has encontrado?

JM: Sí, de alguna manera, aunque ciertamente ha superado mis expectativas. Por demás, la gente alemana en general me ha parecido tremendamente cordial, mucho más de lo que imaginaba y que tenía que ver con el cliché de que son muy fríos y distantes.

CAI: ¿Nos podrías hablar un poco sobre esa escultura tuya que hoy se devela y la relación que guarda con los veinte años del Hermanamiento entre el D.F. y Berlín?

JM: Por supuesto. Forma parte del proyecto “8 ciudades, 8 culturas”, el cual nació hace apenas un año y casi de forma accidental. La escultura que se develará hoy es una réplica de otra más que se encuentra en el Paseo de la Reforma, en el Distrito Federal, y que el público se apropió de inmediato. Hubo un “clic” impresionante entre la gente y la obra, lo que me hizo pensar que los ciudadanos la habían adoptado como un símbolo contemporáneo de la Ciudad de México. Los símbolos, sin duda, tienen que irse actualizando y creo que eso fue lo que sucedió. A partir de esto, me vino la idea de que dicho símbolo podía compartirse a manera de mensaje de la Ciudad de México a otros lugares o ciudades. Después de el D.F., el siguiente lugar en el se pudo dar seguimiento al proyecto fue Tel Aviv, Israel, y ahora, coincidiendo con los veinte años del Hermanamiento entre nuestras ciudades, concluimos que Berlín era el mejor sitio para colocar una tercera escultura. El que viniera una delegación del D.F. permitió además que se hiciera la donación de manera oficial. En resumen, creo que ha sido un proyecto muy afortunado, en el que se han sumado todas las voluntades de una manera sorprendente.

CAI: Además se pueden encontrar ciertos paralelismos entre Berlín y el D.F. Ambas, por ejemplo, poseen a figuras aladas como parte vital de su imagen, una con el Ángel de la Independencia y la otra con la llamada Columna de la Victoria…

JM: Efectivamente. Y también están las películas de Wim Wenders (Las alas del deseo y Tan lejos… tan cerca) que se desarrollan en esta ciudad, y aquella amplia calle berlinesa, llamada Unter den Linden, creo, también se asemeja en algo al Paseo de la Reforma… son paralelismos muy afortunados. Antes era más escéptico pero ahora estoy convencido de que nada sucede gratuitamente, y estoy seguro de que continuaré descubriendo otras afortunadas coincidencias. Me parece increíble, por ejemplo, que ahora puedes pararte en la calle donde se halla la Embajada de México en Berlín (Klingelhöferstraße) y observar que desemboca en la Columna de la Victoria, ello con plena conciencia de que cerca de ti se encuentra la escultura de las Alas, que es justo lo que sucedió en México con el Ángel de la Independencia y las Alas que hay en Reforma. En ambos casos hay una lectura de lo clásico y de lo contemporáneo …y también en ambos casos pareciera que aquellas figuras aladas que hay en esas columnas hubiesen bajado a la altura del ser humano, ya que en su caso solamente pueden funcionar si hay una persona enfrente, si generan interacción con la gente.

CAI: ¿Qué tipo de emociones te gustaría que tu escultura generara entre los berlineses?

JM: Unas absolutamente positivas. Deseo compartirles la posibilidad de tener alas, metafóricamente hablando. El que tengan una libertad absoluta para progresar como individuo o como sociedad.

CAI: ¿La obra es una donación permanente?

JM: Efectivamente. Una donación efectuada a Berlín por parte de la Ciudad de México. Y por mi parte, claro está.

CAI: ¿Qué ciudades continuarán como parte de este proyecto?

JM: Muy probablemente continuaremos con Shangai y hay pláticas con Río de Janeiro y Los Angeles, California. Nos quedarían dos sitios más. Me gustaría que estos fuesen Australia y algún país africano, quizá Sudáfrica.

 Carlos Jesús González, en exclusiva para CAI, a 15 de octubre 2013.

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