Willkommen auf den Seiten des Auswärtigen Amts

Una corona para aliviar la espera

Artículo

Victoria Cruz - Con el Adviento comienza el año litúrgico cristiano y se representa con la llamada “corona de Adviento” o “Adventskranz” en alemán. En esta temporada aún hay algunas familias que se reúnen para elaborar su propia corona y así dar comienzo a la espera del nacimiento de Cristo. Aunque ya se puede encontrar en casi cualquier tienda de arreglos florales; hacer una corona de Adviento es para algunas familias alemanas una ocasión de reunión familiar y regocijo para profesar su fe. Dos mujeres me cuentan por qué es importante para ellas realizar su propia corona de Adviento. Barbara y Hildegard son primas en segundo grado y como muchas personas, encuentran a veces difícil verse regularmente, sin embargo, hay una ocasión que tienen reservada desde hace 30 años: reunirse para elaborar su corona de Adviento.

Todo comenzó cuando ambas eran estudiantes. Una vez fuera de casa empiezan las propias tradiciones. Hildegard quería comprar una corona de Adviento, pero Barbara le insistió en que había que hacerla por propia cuenta, no sólo porque seguro no era difícil, sino porque sería un tiempo para juntarse. Así pues con 25 años decidieron realizar su primera corona de Adviento y la tradición se ha mantenido desde entonces. Se volvió un evento familiar que encaja perfecto con el sentido del período de Adviento: unión y alegría.

Cada una casada y con hijos, el evento se convirtió pronto en una reunión familiar especial. Barbara preparaba una cena para todos, pero primero había que trabajar en la corona y al final todos compartían la comida y la emoción de prender la primera vela. Marcando así el comienzo –como menciona Barbara- de su llegada, del Redentor.

Ambas me comentan que lo especial en la corona es su significado: un tiempo de preparación y esperanza. Es un símbolo que representa la luz, la eternidad y la alegría. Ellas elaboran su corona con una mezcla de hojas: Tannen (abeto), Fichte (pícea, parecido al abeto), Eibe (tejo o taxus), Feuerdorn (espinas de fuego o pyracantha) y Hagebutten (escaramujo o tapaculo). Sin embargo, Barbara me comenta que regularmente las coronas que se venden están sólo hechas con abeto, pero a ellas les gusta agregar otra decoración y un poco de color con las bayas rojas.

Hildegard cuenta que también hay diferencia en el color de las velas. Ellas usan sólo rojas, como símbolo de luz que junto con el fuego representan la victoria contra obscuridad y además el regocijo. Sin embargo, han visto que en algunas iglesias utilizan velas moradas, siendo el morado el color usado en el período de la Semana Santa, como símbolo de penitencia. Incluso platican que anteriormente algunas familias también ayunaban en domingo en similitud al tiempo de Cuaresma.

Esto porque algunas personas entienden el tiempo de Adviento también como un tiempo no sólo de esperanza, sino de preparación y de purificación para la llegada de Jesucristo. Aunque ahora las velas también se observan en color blanco o rosa, como símbolo de paz y también de alegría. El color rosa suele usarse en el denominado “Domingo Gaudete”, que es el símbolo que antecede a la Navidad. No obstante, ellas mantienen el color rojo; no ayunan, pero procuran no comer carne o dulces.

Anteriormente, para sus hijos el momento especial era encender la vela. La corona de Adviento fue prevista también como una manera de añoranza. Cada vela prendida hace menos larga la espera, pero también más emocionante. Ahora los hijos han crecido y aunque la corona quizá ha pasado a segundo término y a veces no asisten al evento, ellas han decidido mantener su tradición, también con la esperanza de que sus hijos la retomen después y sean ellos quienes hagan sus propias coronas. Lo importante, como ambas mencionan, es que no se olvide y se identifique como un motivo especial. Además es divertido cuando se le agregan toques personales. Barbara por ejemplo, pone en el centro una base con un soporte al que ata listones y hace un moño. Esto no sólo le agrega color y contraste a la corona, pero también es fácil moverla. Aunque ahora ya no hay una cena grande, rodeada de caras emocionadas por elegir las ramas más lindas y hacer bien el trabajo, ellas siguen disfrutando de salir al jardín a cortar las ramas de los árboles que utilizarán, tomar vino o ponche contra el frío y disfrutar el tiempo en que se ven.

Para ambas la corona de Adviento es también su propia corona familiar. Es más, no sólo hacen una, sino tres o cuatro que regalan a amigos o familiares. Al terminar, como en viejos tiempos, hay comida en recompensa y largas charlas para después aguardar pacientes la Navidad y el cierre de año.

Personalmente fue una experiencia fuera de lo común, pues aunque sé que existen las coronas de Adviento en México, no es una tradición que yo conocía. Mi abuela a veces llega a tener una, o al menos siempre hay una corona colgada en la puerta. Conozco una buena amiga que para su familia siempre ha sido tradición, incluso este año las velas son una morada, dos rosas y una blanca. Me comenta que lo agradable de la corona, es también poder asistir a misa cada domingo y prender ahí cada vela hasta Navidad. Ahora que lo he vivido “de cerca”, debo confesar que me llenó de ilusión de poder hacerlo yo en el futuro. Incluso fuera de una connotación religiosa, el sentido que Barbara y Hildegard me manifestaron, fue uno de inclusión y unión, pero también de perseverancia y felicidad.

Ambas sonríen curiosas y comentan que ahora son ellas dos solas, pero quizá en un futuro hacer la corona de Adviento vuelva a ser una pequeña fiesta con sus nietos, por ejemplo. Mientras arreglan los últimos detalles de sus respectivas coronas, me dicen que para ellas siempre ha sido un placer juntarse y no podrían imaginar no hacerlo. Mientras funcionen bien sus manos –ríen-, comprar una corona está fuera de cuestión.

Al final, sea cual sea el contexto en que la corona exista, sea cual sea el color de las velas o los adornes que lleve; su importancia radica en el significado que se le otorga. Sin duda la corona de Adviento es un elemento que añade ese toque acogedor y placentero en todo hogar y que marca el comienzo de una celebración tan esperada.

Victoria Cruz, en exclusiva para CAI, -reposición - diciembre de 2016.

Contenidos relacionados

Inicio de página