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De buena pluma: Lamy
Las muy conocidas plumas Lamy son orgullosamente alemanas. ¿Sabías que el fundador de esta compañía trabajó varios años para una empresa estadounidense antes de lanzarse a la aventura de formar una de las más exitosas fábricas de productos de escritura? Conoce su historia...
Josef C. Lamy trabajó durante años para una empresa norteamericana dedicada a la fabricación de utensilios de escritura. En 1930 decide dejar la empresa y emprender un negocio propio y funda la fábrica Orthos en la ciudad de Heidelberg.
Nueve años después, la pequeña empresa ya producía 200 mil plumas estilográficas. Luego de un tiempo, en 1948 Lamy decidió rebautizar la firma con su nombre.
En 1952 aparece la pluma Lamy 27 que garantizaba una mejor calidad de escritura ya que la tinta fluía constantemente, evitando así los molestos excesos y manchas. Como toda empresa en expansión, y debido a su crecimiento, Lamy busca un nuevo terreno en la zona de Wieblingen, en la misma ciudad, para construir un nuevo edificio.
En 1962 toma el control de la firma el hijo de Josef, Manfred Lamy. Dos años más tarde, en 1964, aparece el primer bolígrafo de Europa, llamado Lamy Exact. Con este modelo se posiciona con gran éxito en el mercado, tanto nacional como internacional.
Años más tarde, con la experiencia de Gerd A. Müller, diseñador e inventor de la rasuradora eléctrica BraunÒ, diseñan la pluma fuente Lamy 2000, modelo que incorporaba materiales especiales y un innovador diseño. Lamy 2000 definió el futuro de la marca y sus colores y moderno diseño hicieron de las plumas estilográficas, un producto también para los más jóvenes.
En la década de los setenta, el singular diseño metálico de las plumas Lamy les valió numerosos reconocimientos internacionales. En los ochenta, Lamy presenta la línea Safari –quizás el modelo más conocido de la marca- diseñado por Wolfgang Fabian.En 1984 lanza al mercado la primer pluma dual que incorporaba un bolígrafo y un lapicero de minas, ambos en una misma pluma, que al girar en direcciones opuestas permitía escribir con lápiz o pluma.
Dos años después muere Josef C. Lamy, pero su historia de éxito –que celebró el mismo año dos décadas- aún no termina. En 1987 Lamy lanza la primer pluma fuente, con el nombre ABC, para principiantes. Entonces, las plumas estilográficas también serían cosa de niños, el diseño facilitaba su uso para los que comienzan a escribir.
Así, año con año, aparecieron modelos y colores únicos y representativos de una empresa orgullosamente alemana. Hoy en día, Lamy está presente en casi todos los países del mundo y es sinónimo de calidad en productos de escritura.
Gabriela Salgado, CAI, -actualización- 2014.