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El arte de la aguda brevedad

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CAI (g) - El 1 de julio de 1742, la ciudad de Darmstadt inscribió en sus registros a un nuevo visitante: era el hijo número decimoséptimo del pastor protestante Johann Conrad Lichtenberg. Con el nombre de Georg Christoph Lichtenberg, recordamos ahora al memorable escritor de aforismos en su 275 aniversario.De frágil consistencia física Lichtenberg salió poco de casa, lo que lo obligó a recibir clases particulares hasta los diez años. Más tarde asiste a la escuela -renco y maltrecho como era- y al concluir los estudios preparatorios ingresa a la Universidad de Gotinga, en 1763, para estudiar matemáticas, historia natural y astronomía.

Viajaría en dos ocasiones a su amada Inglaterra (en 1770 y 1 774) para luego ser habilitado como profesor de física, matemáticas, y astronomía en la universidad donde inició sus estudios. Fue miembro de la Royal Society -entonces el más alto tribunal científico en el orbe entero- a partir de 1793.

Fue un empirista, es decir, durante sus clases practicaba la experimentación científica sazonada con su chispeante sentido del humor, y un divulgador, pues ya como académico publicó innumerables textos sobre descubrimientos científicos de la época de forma sencilla y asequible. Dicen que el propio Goethe solicitó su consejo cuando estaba elaborando su teoría de los colores.

Desde 1764 el "jorobado" de Lichtenberg llevó consigo pequeños cuadernos donde escribía notas sobre lo que cruzaba su espíritu. Llamó a esos cuadernos "libros estropeados" (Sudelbücher) con razón irónica. Fueron publicados postumamente y a ellos debe su trascendencia.

Para nuestro deleite ofrecemos una selección de aforismos (entresacados de Georg Christoph Lichtenberg, Aforismos, traducción de Juan del Solar, Edhasa, Barcelona, 2006), perlas de luz en la noche oscura de la era informática. O como dice el refrán «lo bueno si breve, dos veces bueno»:
"Aquellos verbos que están cada día en boca de la gente son, en todos los idiomas,
los más irregulares: soy, sum, sono, eimi, ich bin, je suis, jag är, I am."

"Es un hecho muy llamativo que el mundo conceda a sus dominadores un respeto y una jerarquía tanto mayor que la que concede a sus educadores. Prueba de que el hombre adora la esclavitud."

"Creo que una enorme cantidad de los espíritus más grandiosos que hayan existido, no leyó ni de lejos la mitad de lo que lee un supuesto sabio promedio de nuestra época, y sabía muchísimas menos cosas que él. Cuántos de nuestros sabios corrientes hubieran sido grandes hombres si no estuviesen tan informados."

"Nada contribuye más a la paz del alma que carecer en absoluto de opinión."

CAI (gordillo), -actualización- a 4 de julio de 2017.

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