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¿Qué escritor no querría estar en Berlín?
Ha transcurrido casi una década desde la publicación de Las Teorías Salvajes, la primera novela de Pola Oloixarac (Buenos Aires, 1977).
Ha transcurrido casi una década desde la publicación de Las Teorías Salvajes, la primera novela de Pola Oloixarac (Buenos Aires, 1977). Sin embargo, y quizá por la frescura que el libro todavía transpira, da la impresión de que apenas fue ayer cuando la autora con la que conversaremos en esta ocasión se convirtió “esa escritora argentina de la que todo el mundo habla” o, como la calificaría el prestigiado escritor Ricardo Piglia, fallecido hace unos meses, “el gran acontecimiento de la nueva narrativa argentina”.
Pero el tiempo es tiempo y en estos diez años han pasado muchas cosas en la vida de Oloixarac. Entre ellas habría que mencionar que se ha convertido en madre y que se ha mudado de manera permanente a la ciudad de San Francisco. Asimismo, también el mundo parece distinto al de aquel entonces, cambiado en múltiples sentidos y de diversas formas, sobre todo a partir de que Donald Trump ocupara la presidencia de los Estados Unidos
Oloixarac, sin embargo y como todos, o casi todos, ha hecho todo a su alcance para continuar haciendo lo que más le gusta. Gracias a ese empeño incansable en 2015 publicó Las Constelaciones Oscuras, novela que fue traducida al alemán y que en 2016 apareció bajo el título Kriptozän. Dicho acontecimiento justifica su visita a Alemania, pues la presentación del libro forma parte del programa del Festival Internacional de Literatura de Berlín (Internationales Literaturfestival Berlin), mismo que ha llegado ya a su décimo séptima convocatoria.
“A mí lo que más me halagaría sería que lo los lectores se diviertan con Kriptozän”, nos cuenta Oloixarac tan pronto tomamos asiento en el restaurante del hotel en que se hospeda, “me halagaría mucho que en mi novela encontraran una manera de relacionarse con lo literario pero también con la informática. Que viesen a esta última como una forma de la naturaleza”. Y es que, tal y como ya ha dejado de manifiesto en su escritura, la tecnología forma una parte muy importante en la voz literaria de la autora: “para mí la tecnología es una nueva capa o nivel del ecosistema” dice al respecto, “están los animales, las personas y la tecnología. No puedes dejar de ver esa capa. La novela trata de pensar en el ecosistema entero, un ecosistema que incluye a la tecnología”.
Por supuesto que dicha cuestión, la tecnología, será uno de los temas que abordaremos durante nuestra charla. Pero también habrá otros, como las diversas creaciones germanas que la han conmovido o influenciado en su trabajo, así como el lugar que, a partir de su posición como latinoamericana residente en los Estados Unidos, ejerce Alemania en un planeta post-Trump.
Y, por supuesto, hablaremos también de literatura.
CAI: ¿Es tu primera vez en Berlín?
Pola Oloixarac: Mi primera vez en Berlín y también en Alemania. Es raro. Alemania siempre me ha fascinado porque estudié filosofía y tenía una obsesión con un montón de lugares de Alemania, lugares que recorría con la mente. Incluso alguna vez estudié un poco de alemán pero no había venido. Por eso estoy particularmente contenta de estar acá y además de formar parte de este festival de literatura.
CAI: ¿Recibiste una invitación directamente del Festival?
Pola Oloixarac: En realidad me habían invitado para la edición del año pasado pero no pude venir porque estaba embarazada y se me dificultaba viajar. Tuve esa invitación porque en 2016 salió Kriptozän, que es la traducción de Las Constelaciones Oscuras al alemán.
CAI: ¿Podrías decirnos cómo fue el proceso de la llegada de esta novela al mercado germano?
Pola Oloixarac: El procedimiento fue el clásico, digamos. Un agente encontró un editor y a este editor le gustó mucho el libro y lo compró. Esta editorial (Verlag Klaus Vagenbach) trabaja mucho con Timo Berger, a quien todo mundo en Berlín conoce, por lo menos dentro del sector editorial latinoamericano, y fue él quien tradujo el libro. Estoy muy contenta con los resultados en general. He leído unas críticas interesantes que se han dado del libro en Alemania y tengo esperanza de que conecte con los lectores de aquí. No hay muchas novelas en las que la tecnología se conciba como parte de un ecosistema. Creo que la novela mezcla ficción con elementos de informática sin que de allí surja algo tipo El Señor de los Anillos. Lo considero un género por explorar y bueno, como en Alemania el tema de surveillance o vigilancia tiene un lugar más cerebral en las personas que en Argentina, creo que podría crearse un diálogo interesante.
CAI: Actualmente vives en los Estados Unidos, ¿cierto? Quizá tomando precisamente el tema de la vigilancia como pretexto, ¿cómo compararías lo que sucede allá con lo que consideras que pasa en un país como Alemania?
Pola Oloixarac: Bueno, justo ahora me parece que Alemania es the land of the free (risas). Cualquier fantasía fascista que uno pueda imaginar hoy mismo planea por encima de los Estados Unidos. Incluso en San Francisco, donde yo vivo y que en teoría es una ciudad súper liberal. Allí lo que está de moda es ser libertario, que yo lo veo como una manera chic de ser republicano. Tengo varios amigos que, por ejemplo, están totalmente a favor de que la población esté armada (risas). Muy divertido, como puedes ver. La gente de tecnología tiene un mundo muy particular. Nueva York es una ciudad realmente cosmopolita, donde hay gente de todo el mundo. En San Francisco hay mucha gente que proviene del llamado Midwest, llegados de Montana, de Nebraska… es mucho más autóctono. Te das cuenta de dónde ha salido Trump, que su situación en el poder no se debe a una especie de lotería rara. No es fruto del azar.
CAI: Y cada día que pasa eso parece evidenciarse de manera más clara…
Pola Oloixarac: Es verdad. Hay una frase de Victoria Ocampo… ella era una especie de gestora cultural, algo así como lo que es Timo Berger aquí (risas). Ocampo conectaba a gente, la recomendaba, unía a personas y países todo el tiempo. En fin, a Ocampo un día la metieron en la cárcel y ella dijo: “bueno, al fin estoy en la verdad porque estar en Argentina es estar en una prisión, ahora lo entiendo”. A lo que voy es que estar bajo los Estados Unidos de Trump es de alguna forma también estar en la verdad. Es la realidad del país. Es una oscuridad que salió a la luz pero que se iba a manifestar tarde o temprano.
CAI: Una oscuridad en la que, entre otras cosas, está implicado el racismo…
Pola Oloixarac: El sesgo es totalmente racista. Si bien hay implicada una cuestión de tipo islamófobo, el problema se extiende hacia cualquier persona que no sea blanca. Si vos estás allí serías una persona de color. Yo lo soy. Y tienes que hablar y justificar tu existencia en términos de ser una persona de color. Vos solamente puedes hablar desde ese lugar. El racismo ya lo atravesó absolutamente todo.
CAI: ¿El estar en un lugar así como escritora puede llegar a ser interesante, estimular la creatividad?
Pola Oloixarac: Bueno… cuando pasas del shock te sientes todo el tiempo como alguien que observa una película, y allí hay algo que puede ser interesante. En otras ocasiones te dan ganas de dejar todo e irte de ese lugar cuanto antes. Llegas a Argentina o a un país como Alemania y te preguntas: ¿qué hago allá si aquí el mundo es tan amable? (Risas).
CAI: Algunos críticos literarios pregonan que el nuevo boom literario de América Latina se halla en las mujeres escritoras, ¿qué piensas al respecto?
Pola Oloixarac: Sí. Aunque me parece que en ello hay algo muy obvio. Es decir, si eres mujer y te criaste en cierta época tenías que luchar y luchar y luchar para destacar, para ser tomada en serio. Cuando salió mi primer libro (Las teorías salvajes) en Argentina, muchas personas aseguraron que yo no lo había escrito, o que la gente lo compraba porque yo había salido bien en una foto, qué sé yo. Ahora, de pronto, por fortuna se ha dado vuelta a este tipo de cosas. En realidad las escritoras siempre han estado allí, escritoras estupendas, lo que pasa es que ahora por fin se las escucha, se las toma en cuenta, se las lee. El esfuerzo en cosas que antes requería energía al menos ya no existe. Ahora las chicas dicen: “ahora no me para nadie, si quieren que me destrocen, pero por lo menos mi libro tiene que existir”.
CAI: ¿Crees que al tiempo se dará una traducción al alemán de tu primera novela?
Pola Oloixarac: Espero que así sea. Sé que el editor la está leyendo y que le está gustando. En Estados Unidos acaba de salir traducida al inglés y en todo caso yo ya estoy pensando en otras cosas. Me alegra, eso sí, que aunque la novela salió en Argentina desde 2008 las cuestiones tecnológicas que toca siguen siendo vigentes. Los libros viajan de maneras rarísimas y prefieren enfocarme en lo que hago en estos momentos.
CAI: Varios escritores jóvenes latinoamericanos dicen que Berlín se ha convertido en una especie de capital literaria latinoamericana en Europa, ¿qué piensas al respecto?
Pola Oloixarac: Por supuesto que es así. Todo el mundo está fascinado con Berlín, todos se quieren venir para acá. Y esa atracción que ejerce en los escritores ya tiene algunos años. Recuerdo que Ana S. Pareja, quien era editora Alpha Decay, donde se editó mi primera novela en España, tenía un blog que decía: “dejarlo todo e irse a Berlín”. Y de hecho ella lo hizo y puso acá una librería llamada Bartleby & Co. Ahora, si me lo preguntas, a mí lo que me atrae de Berlín es que sea un lugar con tantos bosques. Lo que uno quiere a veces hacer como escritor es emboscarse, como decía Jünger, escaparte del ojo que te persigue, ocultarte y meterte en el bosque. ¿Qué escritor entonces no querría estar en Berlín?
CAI: Si piensas en Alemania, ¿hay algo que haya surgido aquí que podrías considerar importante para tu literatura?
Pola Oloixarac: Uy, tantas cosas… desde hace un montón de tiempo he sido fanática de las películas de (Rainer Werner) Fassbinder, me gustan mucho. Y claro, aunque no es alemán, tuve mi fase con Thomas Bernhardt pero Bernhardt es como un virus: lo lees y sin darte cuenta empiezas a escribir como él. En todo caso, como ya te dije, los filósofos alemanes han sido vitales para mí. Los leo y los añoro. Edmund Husserl y su libro Investigaciones Lógicas 2 me fueron muy importantes. Y claro, en su momento estuve enamorada de Nietzsche pero mi último gran amor fue Husserl. Ahora estoy muy curiosa con la nueva filosofía alemana que veo que está con temas relacionados con el realismo especulativo. Me gusta cómo aquí cruzan esa temática con la tradición más clásica, Hegel, digamos. Me parece súper estimulante. En cuanto a música me gusta mucho (Richard) Wagner. Wagner y (Robert) Schumann son mis favoritos.
CAI: Hablando de clichés relacionados con los alemanes, a mucha gente le sorprende que siendo racionales, incluso fríos, hayan sido capaces de dar paso a un arte tan delicado, sensible…
Pola Oloixarac: Yo eso lo veo totalmente unido y de ninguna manera paradójico. Me parece que cuando tienes un entrenamiento racional rasante e intenso hay en ello una forma de lo sublime. Ves simplemente una coraza cuando lo que en realidad existe es un camino. Para mí hay allí un sentir muy puro. Sé que es algo totalmente idealizado, pero creo que es así.
CAI: Dices que en Kriptozän, la novela que presentarás en Berlín, se habla mucho sobre la tecnología. ¿Qué opinas sobre esta última?, ¿crees que su imparable avance nos salvará o, por el contrario, será capaz de destruirnos como aseguran tantos libros y películas distópicas?
Pola Oloixarac: El problema no es si encauzamos o no bien a la tecnología, sino el tener un acceso clandestino a ella. Para mí cuestiones como la inteligencia artificial ya son una realidad, ya existen. Sería terrible si eso puede ser desviado, cierto, pero si eso no sucediera su racionalidad podría ser más confiable que la humana. Si la computadora misma, a través de algoritmos u otros procesos nota que el lanzamiento de una bomba no trae ganancias sino sólo destrucción, tal vez no arroje esa bomba. Quizá, por el contrario, envíe drones que eliminen a gobernantes racistas, xenófobos y con afán destructivo que no hacen sino mal a la humanidad. Tengo, pues, esperanza en que hay algo positivo en todo esto. Veo posibilidades de que una inteligencia global tome en cuenta muchos factores y tome decisiones racionales, en términos de conjunto y a largo plazo. Y eso no me parecería malo.
Sitios de interés:
https://kryptozaenblog.wordpress.com/
http://www.literaturfestival.com/
Carlos Jesús González (@CjChuy), en exclusiva para CAI, a 12 de septiembre 2017.
Carlos Jesús González.Periodista y escritor mexicano. Vive en Berlín desde 2006, donde labora como corresponsal de CAI y como colaborador free-lance de diferentes medios mexicanos y alemanes. Tiene un especial interés por los temas culturales y políticos. Es amante absoluto del cine, la literatura y la agitada vida berlinesa.