Victoria Cruz - De primera instancia, el nombre nos indica que no son días similares. Uno es la “Ascención de Jesús” y el otro literamente es el “Día del padre”. Sin embargo, éste último, se celebra en la misma fecha que la fiesta cristiana con motivo de la ascención de Cristo al cielo, después de su resurección.

Christi Himmelfahrt corresponde en la liturgia católica a los 40 días después de la Pascua, cuando Jesús retorna con su Padre al Cielo. Este hecho, es uno de los pilares de la cristiandad, ya que evoca la resurección de Jesucristo y su partida hacia el reino de Dios.

En Alemania, es un día feriado obligatorio nacional y normalmente se realizan misas especiales celebratorias de este día. En algunos lugares se realizan procesiones por campos o viñedos, rezando por una buena cosecha y en algunos –ya pocos- lugares se coloca una estatua de Cristo cerca del techo, como símbolo de su ascención.

Al parecer, esta tradición de las procesiones o desfiles, se remonta a la época medieval. Teniendo un fuerte posicionamiento alrededor del siglo XIX, cuando algunas de estas procesiones terminaban en pequeñas bacanales, donde las mujeres no estaban permitidas. De aquí que se hablara de “Herrenpartien” o grupos de hombres que celebraban durante esta fecha.

Aunque en la liturgia religiosa tiene un sentido altamente espiritual, pues no es el hecho concreto de que Jesús se encuentre geográficamente en el cielo, sino que entra en el reino de Dios, regresando con su Padre. Metafóricamente, también alude a que el hombre se eleva y evoluciona, a través de su fe. Este episodio, ha sido uno de los motivos de muchas pinturas durante varios siglos, siendo quizá uno de los famosos, el cuadro pintado por Perugino.

Hasta principios del siglo XX, en algunas regiones de los Alpes, incluso se comía en esta fecha sólo carne de aves, como representación de “fliegendes Fleisch” o “carne que vuela, que se eleva”, como recordatorio presente de este evento. En algunos lugares, a veces se hornea un pan en forma de ave, quizá como recuerdo de aquella antigua tradición.

Sin embargo, como muchas veces pasa, las tradiciones cambian y mutan. Con la Ilustración y la Reforma protestante, muchas celebraciones religiosas se perdieron o modificaron. En este contexto, surge el “Vatertag”. Como se mencionó anteriormente, aún dentro del contexto de las celebración por la Ascención de Jesús, había procesiones y rogaciones por las buenas cosechas, pero también, al parecer, había una tradición donde durante este día cuando los propietarios debían dar una vuelta a pie o a caballo por su territorio, como para marcarlo de nuevo.

Sin embargo, incluso ya desde la época medieval, a veces estas congregaciones de hombres terminaban en tours llenos de alcohol y comida, en una alusión a la sangre y cuerpo de Cristo. Así que la transición hacia el “Vatertag” no fue muy complicada, llegando así los “Schinkentouren” o “Herrenpartien” que salían a las calles. En 1914 se instauró el día de las madres, por lo que sin mucho esfuerzo, en este día –que siempre cae en jueves- se instauró así su contraparte con el “Vatertag”, también conocido especialmente en el este de Alemania como “Herrentag” o “Männertag”.

Se cree que esto también fue influenciado, porque desde 1916 en EUA se celebra este día y desde 1974 es también un día oficial, ya que se considera verdaderamente como una contraparte celebratoria al día de la madre. De esta forma, en este día en Alemania ya no sólo salen los hombres a festejar y beber, sino que también se ha convertido en un día familiar, para honrar a los padres.

Aunque el consumo de alcohol sigue siendo muy alto y los jóvenes son los encargados de cargar con las cajas de cervezas u organizar el plan para sus padres, lo usual es también hacer “Wanderungen” –caminatas por los bosques y montañas, pasear en grupos en motocicleta, salir de paseo a algún cercano –o no tanto- y aprovechar el puente y claro, si se puede, ir también de juerga.

Al final, si el clima es bueno, se trata de aprovecharlo al máximo, con los amigos, padres, hermanos y claro, tambié con las madres, novias, primas, etc. Aunque cabe mencionar que en Alemania, ni el día del padre ni el de la madre –sobre todo este último- son tan importantes o grandes como en México, por ejemplo. Aunque quizá esto también este por cambiar y se instaure cada vez más con aumentos en las ventas no sólo de alcohol, sino de regalos. Como al parecer ocurre por ejemplo en Austria, desde hace algunos años donde el “Vatertag” también significa ganancias para algunos negocios. Así es como cambian las tradiciones y se crean unas nuevas, pues éstas no son estáticas. Y bueno, en analogía, no sólo Jesús está con su Padre, sino todos aquellos que deciden celebrar este día a su manera.

Victoria Cruz, en exclusiva para CAI, a 24 de Mayo 2017.