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Entrevista con el Ministro Adjunto Tobias Lindner: "Los hombres también se benefician de la política exterior feminista".
Una entrevista de Fabian Busch
Como Ministro Adjunto del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores, Tobias Lindner es responsable, entre otras cosas, de la Política Exterior Feminista. En una entrevista con nuestra redacción, el político del partido de los Verdes explica por qué considera importante este concepto, habla del papel de Alemania en el mundo y de la diplomacia en la guerra contra Ucrania.
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Señor Lindner, repetitivamente se critica que el Gobierno alemán confía demasiado en los medios militares y demasiado poco en la diplomacia en la guerra rusa contra Ucrania. La política exterior alemana, ¿está comportándose actualmente pasiva en este sentido?
Tobias Lindner: Sería una visión muy limitada de lo que está haciendo Alemania. No sólo apoyamos militarmente a Ucrania. Alemania es, por ejemplo, el mayor donante europeo de ayuda humanitaria y está muy involucrada en la reconstrucción.
¿Y la diplomacia?
La diplomacia no debe significar simplemente dejar que un agresor se salga con la suya. En interés de nuestra propia seguridad, debemos insistir en que en la Europa del siglo XXI no se traspasen fronteras por la fuerza, de ahí que apoyamos a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa.
Entonces, ¿no cree que Rusia esté interesada en una solución por la vía diplomática?
De ello no me cabe la menor duda: el canciller alemán y el presidente francés Macron han hablado con Putin por teléfono una y otra vez. Alemania tiene una embajada en Moscú, así que existen los canales necesarios, sin embargo, ni siquiera vemos un ápice de señal del lado ruso de que quiera negociar con seriedad. Lo que Rusia llama negociaciones no serían más que conversaciones encaminadas a una paz dictatorial, lo que -en última instancia- supondría el sometimiento de Ucrania a las condiciones rusas.
China presentó una iniciativa de paz a finales de febrero. ¿Qué espera de ella?
Ya tenemos un plan de paz: se llama Carta de las Naciones Unidas. Todos los Estados del mundo, incluidos Rusia y China, la han firmado; contiene principios jurídicamente vinculantes que garantizan la paz y la seguridad en nuestro mundo. De hecho, los principios más importantes son la prohibición de la violencia y la integridad territorial de los Estados, por tanto, no es necesario que China "reinvente la rueda". Rusia simplemente tiene que atenerse a los principios que ya están en vigor y retirarse de Ucrania. Yo vería con muy buenos ojos que China se involucrara para poner fin a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania sobre esta base. ¿Por qué, por ejemplo, el Presidente chino Xi Jinping viaja a Moscú pero no a Kiev? ¿Cómo pretende mediar si no tiende la mano a ambas partes?
Tobias Lindner sobre la política exterior feminista: "No es brujería ni ciencia espacial".
El Gobierno alemán ha adoptado una política exterior feminista. Una de sus piedras angulares es el Congreso Internacional de Mujeres celebrado en La Haya en 1915; en él, las mujeres exigieron que los conflictos se resolvieran pacíficamente, mediante el desarme y la mediación. Sin embargo, esto contradice la política exterior de muchos Estados europeos desde la invasión rusa de Ucrania.
No lo veo así. Por supuesto, la política exterior feminista persigue el objetivo de evitar los conflictos armados, pero no se queda atónita cuando estalla uno: por ejemplo, no veo cómo se podría emprender medidas de prevención de conflicto con Vladimir Putin. No obstante, efectivamente, no sería una política exterior feminista suministrar unicamente armas a Ucrania.
¿Sino?…
Una política exterior feminista significa ocuparse simultaneamente de la población civil, de las personas desplazadas e internamente desarraigadas, proporcionar ayuda humanitaria y también estar en contacto con la sociedad civil en lo que respecta a la configuración del futuro de Ucrania, especialmente con las mujeres y los grupos marginados. En este contexto, también es muy importante para nosotros exigir responsabilidades a los autores de crímenes de guerra, como es la violencia de carácter sexual contra las mujeres, de ahí que hayamos enviado personal a Ucrania para obtener pruebas e interrogar a los testigos.
El término política exterior feminista polariza, pero mucha gente ni siquiera sabe lo que significa ¿cómo explica usted el término?
La política exterior feminista contempla a la sociedad en su conjunto, se fija en todos los géneros y grupos desfavorecidos y trabaja para que gocen de los mismos derechos, representación y recursos. No se trata de brujería ni de ciencia espacial. Los Verdes tampoco han inventado el concepto: muchos países practican desde hace tiempo una política exterior feminista, aunque a veces se la denomine de otra manera. En el plano internacional, hemos llegado, de hecho, bastante tarde.
¿Para qué la necesitamos?
Nuestra Ley Fundamental establece que hombres y mujeres gozan de los mismos derechos; hacer cumplir esta igualdad es mandato de nuestra Constitución. Pero la política exterior feminista también beneficia nuestros intereses: este año gastamos 3.300 millones de euros en ayuda humanitaria y estabilización de zonas conflictivas. Cuando aportamos estos fondos, tenemos interés en que dichas medidas tengan una eficacia permanente. Debemos involucrar a las mujeres y a los grupos marginados sobre el terreno; porque se ha demostrado empíricamente que los acuerdos de paz, por ejemplo, duran más si toda la sociedad, es decir, todos los grupos sociales y también las mujeres, contribuyen a forjarlos.
Como hombre, usted es responsable de la política exterior feminista en el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores. ¿No es una contradicción?
A algunos les hace gracia, pero fue una decisión muy pensada. La política exterior feminista no es una política de mujeres para mujeres. Los hombres también se benefician de la Política Exterior Feminista, por ejemplo, cuando se negocian tratados de paz duraderos para toda la sociedad. Que los hombres también se beneficien es aplicable en la dimensión interna de la Política Exterior Feminista: el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores se ha fijado el objetivo de mejorar la compatibilidad entre formar una familia y el servicio diplomático: así todos los miembros del personal se benefician. Y, por supuesto, los hombres no sólo pueden ser beneficiarios de la Política Exterior Feminista, sino que también tienen que ayudar a darle forma y yo contribuyo a ello.
Las activistas de los derechos humanos critican: el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores hace suya la bandera de la Política Exterior Feminista, pero hace muy poco contra el gobierno de Irán, que reprime desde hace meses las protestas por los derechos de las mujeres.
El actual gobierno alemán ha impulsado en Bruselas varios paquetes de sanciones contra los dirigentes iraníes, las fuerzas de seguridad y la policía de la moralidad; también, ha facilitado lugares en programas de protección para hombres y mujeres iraníes especialmente amenazados y ha concedido visados humanitarios. A iniciativa nuestra, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha creado una comisión internacional de investigación. Mantenemos el tema en el orden del día de forma permanente. En Alemania nos dicen a menudo: ¡más presión! A nivel europeo, a veces nos preguntan: ¿Por qué ejercen tanta presión, por qué es tan importante para ustedes? Alemania es un motor en este asunto porque hay realidades brutales en muchos países del mundo que sólo pueden cambiarse paso a paso. La política exterior feminista no funciona como una varita mágica que produce cambios en un abrir y cerrar de ojos. Pero sí significa que la situación del pueblo de Irán es una prioridad para nosotros, que no bajamos los brazos y que no hacemos negocios como siempre con Irán.
"No somos una "Suiza más grande" que pueda mantenerse al margen de muchas cosas".
Durante décadas, Alemania ha tendido a mantener un perfil bajo en la escena internacional, especialmente en el plano militar, precisamente a causa de su propia historia. Entretanto, la situación ha cambiado. ¿Necesita Alemania mostrarse más segura de sí misma en la escena internacional?
Somos la cuarta economía mundial y el país más poblado de Europa, lo cual conlleva una cierta responsabilidad. No somos una “Suiza más grande" que pueda mantenerse al margen de muchas cosas. Pero para mí, mostrar compromiso no significa automáticamente dominar e imponer tu opinión a los demás.
En su opinión, ¿está la población preparada para apoyar el papel de una Alemania más segura de sí misma en la escena mundial?
Creo que, claramente, el estado de ánimo ha cambiado. A la sociedad alemana básicamente no le gustan los riesgos; la gente prefiere mantenerse al margen, no quiere involucrarse. Pero no podemos mantenernos al margen de todas las crisis del mundo. Ya sea la crisis del euro o la cuestión de la huida y la migración como consecuencia de las guerras civiles y los conflictos en Siria, Yemen o Afganistán: estos temas nos afectan directamente porque dichos países no están lejos. El tiempo de un vuelo directo de Berlín a Kiev también es más corto que el de Berlín a Palma de Mallorca. Creo que mucha gente en nuestro país se ha dado cuenta de esto en los últimos meses y años.
En su acuerdo de coalición, los partidos que integran la alianza del semáforo prometieron presentar una estrategia de seguridad nacional. ¿Por qué la necesitamos?
Queremos presentar un documento exhaustivo que contemple la seguridad de Alemania desde todos los ángulos: ¿Quién es esta Alemania del siglo XXI? ¿Quiénes son nuestros amigos y socios en el mundo? ¿Quiénes son nuestros rivales y cuáles son nuestros retos? ¿Hasta qué punto somos susceptibles de chantaje a través de las cadenas de suministro o los mercados de venta? ¿Cómo afecta la crisis climática a nuestra seguridad? En términos de alcance, esta estrategia no será un libro, sino un folleto. Identificará retos, objetivos e instrumentos, pero una estrategia no es un paquete de medidas. La aplicación de las medidas para alcanzar los objetivos fijados en la estrategia incumbe a los ministerios correspondientes. Dependiendo del tema, se trata del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio de Economía, el Ministerio de Defensa, etcétera.
Se suponía que la Estrategia de Seguridad estaría lista en el primer año del Gobierno Federal. Hasta ahora, sin embargo, no está disponible.
Ahora hay un texto final que está circulando entre los distintos ministerios en la llamada coordinación departamental. Soy optimista. La cuestión estará presente, sin duda, en el orden del día del Consejo de Ministros para su aprobación en las próximas semanas.