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Alemanes que hacen historia/Martina Gedeck, la Meryl Streep alemana

Artículo

Carlos González - Aunque Martina Gedeck (Múnich, 1961) es trece años menor que la actriz norteamericana, varios medios y críticos cinematográficos la han comparado con Meryl Streep. Basta con ver tres o cuatro películas suyas para darse cuenta de que la equiparación no es en ningún modo descabellada.

Actualidad del cine alemán

No se encuentran del todo equivocadas las voces que critican la falta de personalidad del cine alemán actual. En los años de la post-guerra, el trabajo de cineastas como Rainer Werner Fassbinder, Volker Schlöndorff, Werner Herzog o Wim Wenders, todos ellos cabezas destacadas del movimiento bautizado Neuer Deutscher Film, forjaron una propuesta cinematográfica bien definida, caracterizada, entre otras cosas, por contar historias que hacían un intento por revelar los misterios del comportamiento humano. Hoy día, sin embargo, no sólo los espectadores, sino una gran parte de la gente que labora por y para la industria del séptimo arte, se quejan de que esos elementos que antes otorgaban de cierta homogeneidad al sector ahora ya son prácticamente inexistentes.

Y así, mientras que algunos trabajos independientes son relegados a la sombra por falta de presupuesto y/o apoyo publicitario, las grandes producciones, digamos que aquellas que apuestan a lo seguro – un ejemplo: Fack ju Gohte 2-, se quedan con el mayor pedazo del pastel. Eso en un país donde se hacen alrededor de cien películas por año.

Este fenómeno es, por supuesto, mundial y ha afectado en gran medida al aspecto artístico que por décadas estuvo vinculado con el cine. Aun así, países como Francia han conseguido desarrollar una industria sólida en la que caben tanto blockbusters potenciales como apuestas menos preocupadas por el desempeño que podrán tener en las taquillas.

En cualquier caso, es igualmente justo decir que a lo largo de estos años en los que la industria cinematográfica alemana ha permanecido sin un sello único y distinguible –y equilibrado-, es factible encontrar cintas de calidad incontestable que demuestran que no todo está perdido. Entre ellas vale la pena mencionar Oh Boy, Good Bye Lenin (Adiós a Lennin), Der Untergang (La caída), Der Baader Meinhof Komplex (R.A.F. Facción del ejército rojo) o Das Leben der Anderen (La vida de los otros), todas ellos títulos que fueron filmados en este siglo y que gozaron del reconocimiento mundial.

Estas dos últimas, por cierto, comparten el hecho de haber sido nominadas para el Oscar de Mejor Película Extranjera. Das Leben der Anderen lo ganó y Der Baader Meinhof Komplex volvió a casa con las manos vacías. Pero ambas también coinciden en otra cosa: en ellas aparece la que quizá sea la mejor actriz viva de Alemania.

Su nombre es Martina Gedeck.

La actriz

Aunque Martina Gedeck (Múnich, 1961) es trece años menor que la actriz norteamericana, varios medios y críticos cinematográficos la han comparado con Meryl Streep. Basta con ver tres o cuatro películas suyas –quizá y para empezar, las dos mencionadas en el párrafo anterior-para darse cuenta de que la equiparación no es en ningún modo descabellada. Al igual que la 19 veces nominada al Oscar, Gedeck no actúa sino que se apropia de los personajes, los hace suyos. En la pantalla no vemos nunca a una actriz que encarna a un personaje, sino al personaje en sí, con lo que la puesta en escena adquiere una intensidad que sólo los grandes consiguen generar.

No es gratuito que a la fecha su trabajo se haya distinguido con 23 premios en cine y televisión en Alemania y otras naciones europeas. Ni tampoco que su talento fuese requerido por algunos de los directores más respetados del continente, desde el danés Bille August hasta el húngaro István Szabó, así como el español Eugenio Mira o el galo Guillame Nicloux. Incluso el consagrado actor Robert De Niro reservó un rol para ella en su segunda película tras las cámaras, El buen pastor. Todos ellos confiaron en el don de Gedeck, convencidos de que la manera en la que se entrega a sus papeles es única, bestial, de esas que solamente se ven de cuando en cuando.

Lo mismo, por supuesto, puede decirse de los cineastas locales. Porque directores de la talla de Florian Henckel von Donnersmarck (La vida de los otros) están al tanto de que actrices alemanas con currículo destacable hay muchas, pero Gedeck sólo hay una. Nadie más habría sido capaz de otorgarle a Christa-Maria Sieland, la mujer a la que interpreta en este filme, de tal variedad de contrastes anímicos. Gedeck tira de las cuerdas de las emociones de Christa-Maria con exactitud asombrosa, lo que permite que las audiencias sufran sus desgracias y comprendan sus contradicciones. Su trabajo es tan impecable que la personalidad de Gedeck prácticamente se compacta, se nulifica hasta desaparecer en el papel.

Y es quizá esta facilidad suya para transformarse en otra, para ser otra persona, la que la ha convertido en una de las indiscutibles reinas del biopic del cine europeo. Gracias a la atemporalidad –a ratos arbitraria- del cine, Gedeck se ha apropiado, literalmente, de la vida de los otros, y lo hace con tal naturalidad que las audiencias olvidan a ratos que no se encuentran frente a un documento histórico.

Entre otras personalidades, la alemana ha sido la periodista convertida en terrorista Ulrike Meinhof (Baader Meinhof Komplex), las escritoras Magda Szabó (Hinter der Tür) y Brigitte Reimann (Hunger auf Leben), la pianista y esposa del compositor Robert Schumann, Clara Schumann (Geliebte Clara), la controvertida jueza berlinesa Kirsten Heisig (Das Ende der Geduld) y, por si fuera poco, la madre de Anne Frank en la más reciente adaptación de sus famosos diarios, Das Tagebuch der Anne Frank.

Sin embargo, y más allá de aquellas cintas en las que ofrece actuaciones magníficas como Das Leben ist eine Baustelle, convertida ya en un clásico del cine alemán contemporáneo, o Bella Martha, con la que fue nominada a Mejor Actriz en los Premios del Cine Europeo en 2004, el verdadero tour de force de la energía interpretativa de Martina Gedeck halla su forma más pura en Die Wand, drama de 2012 que ella prácticamente carga a solas.

Y de qué manera, dado que la mujer a la que interpreta en la película pasa por un proceso de aislamiento angustiante. Condenada a apenas y hablar en una parte considerable del metraje, Gedeck se ve obligada a transmitir la tristeza y el miedo a través de los movimientos corporales, de la mirada, de los gestos. Para retratar a la agonía de la forma más fidedigna posible la actriz leyó una gran variedad de libros, entre ellos, y con un especial énfasis, la biografía de Frida Kahlo.

Die Wandrecibió el premio del jurado en la sección Panorama de la Berlinale, mientras que a Gedeck se le nominó para un galardón Bambi, el cual es otorgado la empresa de medios audiovisuales Hubert Burda Media. Sinceramente, ella merecía mucho más. Y la película también.

Una vida

Su actor favorito es Robert De Niro y su película preferida la segunda parte de El Padrino. Vive en el barrio de Moabit, en Berlín, y le gusta tanto que no se ha planteado moverse a otro sitio. No tiene hijos ni un interés en la política, aunque durante algún tiempo participó activamente con Alianza 90/Los Verdes, partido de oposición del gobierno alemán actual.

Nació en Múnich pero a principios de la década de los setentas su familia se mudó a la capital alemana, justo en esos años en los que Berlín solamente podía ser una ciudad atractiva para David Bowie, los jóvenes que no querían hacer servicio militar, los espías y los locos. Creció en el campo, sin televisión en casa, y por eso le costó un poco de trabajo adaptarse al ritmo urbano.Martina Gedeck es la mayor de tres hermanas y ama al cine con todas sus fuerzas. En el segundo lugar de su afecto se sitúa su pareja actual, el director suizo Markus Imboden, con el que ha trabajado en siete películas. Afirma que con él vive “un amor maduro, en el que el uno sabe cuándo darle espacio al otro”.

En el tercer sitio de esta lista afectiva habría que mencionar Ulrich Wildgruber, colega de profesión con el que mantuvo diez años de relación hasta que él decidió terminar en su vida en 1999. Gedeck, 24 años menor que el finado actor, vivió la tragedia con un mutismo propio de las mujeres que ha llevado al set y se negó a hablar del tema durante muchos años.

De hecho se podría decir que de manera general no lleva una muy buena relación con la prensa. Se define a sí misma como una persona introvertida que únicamente se abre al mundo cuando llega el momento de trabajar: “El público no necesita saber cuántos huevos me pongo a freír por las mañanas, sino las cosas que yo puedo transmitirles a través de mis personajes”, sentenció alguna vez.

Y tiene toda la razón.


Carlos Jesús González @CjChuy, en exclusiva para CAI, julio de 2016.

***Carlos Jesús González. Periodista y escritor mexicano. Vive en Berlín desde 2006, donde labora como corresponsal de CAI y como colaborador free-lance de diferentes medios mexicanos y alemanes. Tiene un especial interés por los temas culturales y políticos. Es amante absoluto del cine, la literatura y la agitada vida berlinesa.

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